Salí de casa a caminar y vagué por el mundo durante 21 días.
No es mucho, pero aprendí una barbaridad.
El camino me ha dejado huellas de las que todavía no soy consciente.
Aquí te pongo algunos de los aprendizajes, te pueden servir si vas a emprender un viaje, un proyecto, un nuevo rumbo…
1.- El miedo se aloja en el futuro, por eso aparece a menudo en los preparativos. Cuando te lanzas y te sitúas en el presente, se queda atrás.
2.- Cuando tomas un camino, dejas atrás otros; y está bien así.
3.- Si algo te queda grande o te pesa demasiado, ¡es bueno darte cuenta cuánto antes!
4.- La vulnerabilidad extrema, se toca con la libertad extrema.
5.- En las dificultades siempre hay alguien dispuesto a echarte una mano. Es de sabios dejarse ayudar.
6.- Lo que termina con los proyectos, no son los grandes obstáculos, sino los más pequeños.
7.- No conviene dar por sentadas cosas básicas como el alimento o la energía.
8.- Cuando no se puede seguir un plan, es necesario sacarse otro de la manga lo antes posible.
9.- Se vive bien sin noticias, redes, mensajes, anuncios… Se vive bien atendiendo al propio presente.
10.- Se descubren personas fascinantes por el camino.
11.- Caminar tiene el efecto de un rastrillo sobre los pensamientos, los uniforma y los aplana quitándoles fuerza.
12.- Llegar o no llegar no es la cuestión, lo que experimentas por el camino y la huella que te deja, sí.
13.- La libertad deja un regusto luminoso en la boca y en el cerebro.
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Que lindo lo que escribiste Natalia
Muchas gracias, Floren. Fue lindo vivirlo.