Siempre hay una mano a la que agarrarse

mano tendida

Siempre hay una mano a la que agarrarse

Piensa en los peores momentos que has vivido.

(Siento llevarte ahí.)

Ahora piensa en si había alguna mano tendida que ayudó a que la experiencia fuera más llevadera.

Sí ¿verdad?

Siempre está ahí.

No es necesariamente la que pensábamos que iba a estar, pero hay alguna.

Uno ve las peores tragedias (en la televisión y fuera de ella) y uno ve también que siempre hay una mano cerca, por terrible que sea la situación.

Unos vecinos que se enfrentan a la policía cuando vienen a desahuciar a una familia.

Unas personas formando una fila y quitando piedras para rescatar a alguien que ha quedado sepultado. Comprenden la angustia que produce la incertidumbre, y mantienen la esperanza mientras no se demuestre lo contrario.

Un barco socorriendo a un grupo de inmigrantes que buscaban una vida mejor y se han encontrado con mafias y enormes peligros.

O simplemente una mano que marca tu número para saber cómo estás después de lo que te ha sucedido.

Una mano que sujeta la tuya porque comparte la pena.

Siempre hay una cerca.

Si no es esa que esperabas, será otra.

Entonces ¿por qué tanto miedo?

Nadie nos puede quitar el dolor, y no podemos evitar que sucedan cosas que preferiríamos evitar, pero cuando uno se enfrenta a ello, qué gusto echar la mano hacia un lado y encontrar el calor de esa presencia, que no elimina el frío, pero ayuda a templar un poco el corazón.

Este gesto me recuerda me recuerda cómo llegan a mi muchos de mis alumnos cuando toman la decisión de dar el paso a perder el miedo a exponerse ante los demás, de hablar en público, a veces ya no es solo miedo, es incluso pánico.

El valor está en pedir ayuda y poner remedio, es un recurso que puede sorprendernos porque casi siempre hay una mano a la que agarrarse.

7 Comentarios

  1. José Daniel Calisto Garay

    Antes solicitar una mano es uno el que debe haber dado muchas manos a quien lo necesitó en su momento oportuno; tenemos que estar impregnados de sabiduría, comprensión y cordialidad para aportar el apoyo requerido en el momento justo.
    Hoy en este momento de individualidades que satisfactorio resulta una mano amiga que aparece de la nada y nos hace sentir bien y sobretodo lo hace sin ningún interés, sólo por el gusto de ayudar; en lo particular tengo varios amigos que sienten esa necesidad de ayudar y lo hacen con espíritu y con todo corazón.

    ,

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    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Gracias José por este enfoque tan acertado.
      Estoy totalmente de acuerdo.
      Un saludo muy cordial.

      Responder
  2. Victor Federico Torres van Grieken

    Es muy cierto lo expresado en tu interesante artículo mi estimada Natalia.
    En mi caso particular esa «mano amiga» es Jesús Misericordioso, quién siempre está allí, a mi lado, ofreciendo su mano a través de personas caritativas y bondadosas que Él elige para auxiliarme en mis momentos mas difíciles.
    Jesús también está en aquellas personas necesitadas que he podido ayudar de alguna manera y en personas afligidas que he apoyado espiritualmente en sus tribulaciones.

    Gracias por seguirnos brindando sabiduría y conocimiento a través de tus interesantes publicaciones.
    Recibe un cordial abrazo de luz desde mi querida y atribulada Venezuela.
    Muchas bendiciones.

    Saludos.

    Responder
  3. Edwin

    Hola Natalia muy bonita reflexión, en momentos difíciles siempre tenemos la esperanza de una mano amiga y nos llega de donde menos uno lo espera.

    Saludos

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Hola Edwin,

      Gracias por tus palabras.
      Confiar en la vida, en los que nos rodean trae bonitas sorpresas.
      Buen día Edwin.

      Responder
  4. Jaír Amores Laporta

    Buenas Natalia! Aquí Jaír, de EfectiVida.
    Muy interesante tu reflexión, y lleva casi sin querer a otra más: ¿somos cada uno de nosotros esa persona amiga en la que se puede confiar?
    Hace tiempo publiqué un artículo comparando este tipo de personas al sol (https://efectivida.es/podcast/soy-una-persona-sol/). Y justo expresé algo parecido. Y es que al final, sentimos la necesidad de ayudarnos y ser ayudados.
    Excelente! Saludos desde Las Palmas!

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Hola Jaír,

      Una vez más, gracias por tu aportación y sumar con tu artículo la entrada de hoy.
      Leeré con gusto tu post.
      ¡Buen día!

      Responder

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