Los franceses: un 10 en marketing y en amor propio

Los franceses: un 10 en marketing y en amor propio

El marketing de París

Denis Truchi (1965) – Café de Paris 

He pasado las dos últimas semanas rodando por Francia, escribiendo y observando, y me han llamado la atención aspectos que creo que nos pueden servir a nosotros. He visto:

Multiculturalidad y convivencia

París es de los mejores lugares para entender el nuevo mundo. Ya no hay fronteras, el mundo es uno y es necesario pensar a nivel global. Todas las razas, los idiomas, las vestimentas, las costumbres, conviven en un zumbido espeso del que es probable que a veces salten chispas, pero el roce hace el cariño, por más que le pese a los Le Pen y a sus seguidores.

En este aspecto y como nota curiosa, he descubierto una nueva raza: los varones jóvenes japoneses: muchos son lánguidos y femeninos, cuidan cada mechón de pelo, cada postura, cada milímetro estético de su cuerpo. No sé si nos muestran el futuro unisex del mundo, pero da un poco de pereza.

Personas amables y educadas

que trataban de ayudar a los turistas. Antes, los parisinos eran la raza más borde de la tierra pero, o he tenido mucha suerte en este viaje, o tal vez la crisis les haya hecho cuidar el turismo de forma especial para mantener su indiscutible número uno en el sector.

En general la gente sonreía, las parejas iban cogidas de la mano y se miraban a los ojos, los amigos reían a carcajadas, unos leían, otros sonreían, otros charlaban, otros le daban al móvil, también había caras largas y gente antipática, pero los menos. Antes, hace unos años, cuando viajaba a Francia las cosas me parecían más tristonas. Tal vez sea el sol tras los largos meses de lluvia o ¿será que nuestra tierra está tan gris que nuestros vecinos parecen la alegría de la huerta?

Comercio de barrio rico en su oferta, variado y concurrido

Algo que ya sabía pero que esta vez me ha llamado la atención con más intensidad, tal vez por contraste: son excelentes en marketing. Y el marketing no es vender motos sino mostrar el valor de las cosas.

Cada cafetería de cualquier barrio, cada restaurante, frutería, tienda de quesos, de flores, charcutería… era un primor. (Esta palabra siempre me ha parecido cursi, pero no encuentro otra que defina mejor lo que he visto.) Cada silla, fruta o queso, estaba colocado con gusto, con mimo, con amor. Daban ganas de entrar en los locales que ofrecían sus mercancías como en un cuento de las mil y una noches y las hacían apetecibles.

¿Cómo lo logran?

  • Con una variedad y calidad excepcionales.
  • Parecía un concurso de escaparates: atractivos y de buen gusto.
  • Comercio especializado en servicios locales
  • Tiendas originales con productos/servicios que no ofrecen las grandes superficies
  • Los pequeños comercios han desarrollado sus marcas como establecimientos

Es cierto que la crisis en España ha sido mucho más intensa que en Francia pero cuando, ya de vuelta, entré en un bar español y era gris, frío y con el suelo lleno de porquería, y cuando me di cuenta de que lo único que prolifera en las calles de nuestras ciudades son chinos cutres (no tengo nada contra los chinos, pero sus tiendas son lamentables en cuanto a calidad y presentación), pensé en que todavía tenemos mucho camino por delante en temas de marketing y eso es fantástico porque podemos hacer grandes cosas. Tal vez deberían enseñar estas materias en la escuela. Y no hablo de consumismo, también he visto consumo responsable y local, además de preocupación por el medio ambiente, se trata más bien de hacer las cosas con mimo y con placer, en vez de a regañadientes.

Habrá algunos a los que, esto que digo, no les guste, tal vez les toque el orgullo patrio, pero trato de extraer el aprendizaje de cada situación.

Es cierto que también hay cosas que no me han gustado, un par de ejemplos son las tiendas con chécheres para turistas, que son penosas, y las estrechísimas carreteras. Habrá muchos más, pero de eso no hace falta aprender.

No nos quedemos en este estado gris en el que nos ha sumido la crisis, nos podemos quitar de encima este muermo y no me olvido de los millones de personas que no tienen empleo, lo que digo es: ¡Vamos a crearles esos empleos entre todos!

  • Cuidemos a nuestros profesionales
  • Echemos una mano a los que están buscando empleo o empezando un negocio
  • Mostremos al mundo nuestros excelentes productos
  • Y seamos grandes profesionales ya que solo así tendremos marcas extraordinarias

Ahora que empieza la primavera y se notan algunos brotes verdes, no nos escudemos en estos años terribles o en la astenia primaveral o en cualquier otra cosa… abramos las puertas para que entre aire, luz y alegría. Será la forma de que también llegue el empleo.

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8 Comentarios

  1. Carmen Rosa Ugarte

    Coincido con tu visión de Paris. Es una ciudad que cada vez que la visitas te sorprende en todos los aspectos. La globalidad del mundo se refleja alli además de un encanto muy especial que combina pasado,presente futuro.Los franceses cambian su estado de ánimo de acuerdo a las estaciones , en general están mas contentos en primavera y verano (es lo que he podido apreciar).Y en verdad, me parece al igual que a ti, que los souvenirs para los turistas deberían mejorar. Un saludo cordial!

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    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Gracias por tu aportación, Carmen. ¡Son horribles las torrecitas llavero y las camisetas! 🙂

      Un fuerte abrazo,

      Natalia

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  2. Esteban

    Los comercios de barrio, en las grandes ciudades, se han transformado en lo que me gusta llamar un paisaje artificial, un escenario compartido por todas las capitales de paises con tradición turística; Paris, Londres, Madrid, Berlín, Barcelona…la globalización unifica criterios hasta el punto de no poder diferenciar la ciudad a la que viajas, ¿todas son iguales?, tampoco se puede afirmar con rotundidad, pero cada día se asemejan más.
    Marbella es un laboratorio de multiculturalidad y convivencia. El extranjero que llega, se enamora y emprende un negocio romántico y en menos de dos años cuelga el cartel «se traspasa». En mi opinión el nuevo viajero busca auténticidad, huyendo de escenarios ficticios, donde el diseño prima ante el precio y la calidad.
    Desde este laboratorio turístico percibo un serio cambio de rumbo hacia productos auténticos y cuando digo auténticos, me refiero a auténticos de verdad!
    Enhorabuena por el blog, aprendo mucho leyéndote.

    EfV
    @marbellatrips

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    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Tienes toda la razón, pero curiosamente en París no es así, es bastante autoctono…

      Un abrazo,

      Natalia

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  3. Nathalie Montfort

    Me he enamorado tanto de la vida madrileña que no me parecía posible ver mi propio país con ojos tan positivos y hablar de él con palabras tan simpáticas ! Gracias … Creo que España y Francia tienen calidades muy complementarias: aquí encuentro unas ganas y una dinámica que no veo en Francia. Nuestros dos países son «diseñados» para lograr éxito juntos dandose la mano uno a otro, a mí me parece…

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    • Natalia Gomez del Pozuelo

      ¡Qué bueno Nathalie! Que las personas seamos capaces de ver lo positivo de otros. Estoy convencida, como bien dices, que existen cualidades muy complementarias y que de la mano llegarían «hasta el fin del mundo y más allá» 🙂

      Un fuerte abrazo,

      Natalia

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      • Nathalie Montfort

        Sí exactamente, esta bien dicho: que veamos lo positivo de los otros. Lo que más me ha gustado de tus palabras es sobre la amabilidad de los parisinos: por fin han aprendido! Qué bien… Un abrazo. Nth

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  4. Mercedes Osuna

    Te doy la razón en todo.Nos queda que en la Escuela se les enseñe a los niños marketing,automarketing,redes y que el Paradigma antropológico- económico de la Excelencia,importado a Europa de los Japoneses, en toda labor sea aprendida en la Escuela, Instituto, y Universidad.

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