Los famosos también tienen miedo escénico

Los famosos también tienen miedo escénico

Muchos piensan que los nervios al ponerse delante del público son cosa de principiantes o de unos pocos introvertidos, pero no es así, se trata del segundo miedo más extendido en occidente y es algo que sufren todo tipo de personas, incluidos los famosos.

Y una de las formas de vencer el miedo es a través del amor, y no hablo de amor romántico, me refiero a uno de los tres amores necesarios para subirse a un escenario.

[piopialo vcboxed=”1″]El hecho de exponerse a la mirada (y para muchos al juicio) de los demás, implica mucho amor.[/piopialo]

1. Amor a la audiencia

De este a Pastora le sobra.

Las personas que se suben a un escenario para hablar, cantar, actuar…, lo hacen por un deseo profundo de comunicar, que no es otra cosa que “poner en común”, y cada persona que comunica comparte con los otros su forma de ver el mundo, y se expone, lo que en muchos casos provoca inseguridad porque somos excesivamente exigentes con nosotros mismos, nos enjuiciamos permanentemente, no nos damos permiso para no ser perfectos y eso entronca con el segundo amor necesario:

2. El amor a uno mismo

No conozco a Pastora por lo que no puedo afirmar que este es el amor del que cojea un poquito, pero sí sé que es lo que le sucede al 90% de las personas a las que entreno para superar el miedo escénico.

Cuando nos recriminamos el no ser perfectos, no nos estamos queriendo.

Y el tercer amor sería…

3. El amor al mensaje

No me cabe la menor duda de que Pastora ama la música.

El mensaje pueden ser unas palabras, una canción o una obra, y amor significa prepararlo con mimo, ensayar, dedicarle atención y creatividad. Probar si funciona, testar las posibles mejoras, etc.

Tal vez os preguntáis entonces, ¿por qué no siempre somos capaces de dar curso a estos tres amores?

Como explico en el curso AME Comunicar – Adiós Miedo Escéncio, en mi opinión, y después de haber trabajado sobre este tema con cientos de personas:

[piopialo vcboxed=”1″]Podemos evitar sentir miedo escénico si cambiamos el foco: de nosotros a los otros.[/piopialo]

Estamos tan pendientes de cómo nos va a salir, de imaginarnos grandes muros, de juzgarnos y ponernos las cosas más difíciles de lo que son, que no estamos dejando que la corriente de afecto fluya.

[piopialo vcboxed=”1″]El miedo al público es una crueldad contra uno mismo.[/piopialo]

Y una de las formas más fáciles de dejar de poner el foco en nosotros es ponerlo en el otro, esa persona que ha reservado un hueco en su apretada agenda, ha invitado a alguien, o se lo ha dicho a sus colegas, o tal vez ha pensado: “esto me lo regalo yo”, esa persona que ha dicho que no a otras tantas invitaciones de otras actividades que también peleaban por su atención y se ha mantenido firme, ha salido a tiempo después de haber acelerado un poco a última hora para lograrlo y está ahí sentado (o dando brincos) dispuesto/a a disfrutar contigo.

Es necesario tener en cuenta que el hecho de asistir a una representación (sea del tipo que sea) implica esos mismos tres amores en el público:

1. A ellos mismos: se cuidan con esa asistencia.

2. Amor al mensaje: ¡Por eso están ahí!

3. Amor a ti, que estás para ayudarles a sentir/aprender eso que buscan.

Si estás encima del escenario, confía en el amor de esas personas que están ahí y deja que se establezca la corriente de comunicación, ese compartir que hace a los seres de verdad humanos.

Se requiere una gran valentía para estar ahí arriba; si te has caído nos ponemos todos en pie y te damos un aplauso cerrado, una ovación para celebrar la valentía que has tenido para subirte, y te animamos a quererte en tu vulnerabilidad.

Lo que es evidente es que Pastora no puede dudar del afecto de su público, de sus compañeros y periodistas, que no han parado de mostrarlo; de hecho, a mí este post me lo inspiró un ¡comentario amable! y de ánimo de @ristomejide en el sillón de Chester.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete y recibe pequeñas historias semanales

Apúntate aquí:

* campo obligatorio
   

Te recomiendo mi último libro: