Lo que me separa de algunos humanos

Lo que me separa de otros humanos

Lo que me separa de algunos humanos

Con la edad estoy cambiando mucho, tiendo a aislarme más de los demás porque lo que les atrae a ellos, a mí me produce un poco de repelús, respetando los gustos de cada uno, claro.

Algunos ejemplos:

El fútbol y su omnipresencia

Como deporte, no tengo nada en contra. Es increíble lo que una panda de muchachos (ahora también muchachas) hacen con los pies.

Pero es la semilla del nosotros contra ellos, del a ver si les machacamos, y es una forma de estupidización.

Antes era la anestesia para el mal del domingo, ahora se ha vuelto atontamiento perpetuo.

Cuando pienso que hay personas que se matan unas a otras porque los que llevaban la camiseta a rayas ganaron o perdieron contra los que la llevaban lisa, me estremezco.

Y que los futbolistas sean las estrellas mejor pagadas del mundo me devuelve una pobre imagen de la humanidad en la que vivimos.

Si al menos estuviera acotado… pero no hay bar o cafetería en la que entres que no esté colonizada por pantallas llenas de fútbol y del sonido de unos comentaristas histéricos que nos toman por… (pon tú el calificativo, a mí me salen unos muy feos).

Las naciones y la identificación de las personas con ellas

Es el mismo principio que el fútbol, uno se identifica con los colores de una bandera (la que sea) y piensa: nosotros primero.

Me da igual la versión:

America first

España primero

«Mi país» primero, sea cuál sea…

中国第一

Es una de las principales fuentes de maldad, ese: ande yo caliente jódase la gente.

En realidad, las fronteras son manchurrones interculturales pervertidos por una línea que alguien trazó en un despacho o en el salón de un trono.

Y no contentos con tremenda hazaña, pusieron a batallar para defender esa línea a pobres gentes que lo único que querían era un poco de comida y otro poco de paz.

Las series y la adicción que generan

Cada vez más a menudo, cuando estás en grupo, las series se convierten en un tema de conversación del que me quedo fuera.

No veo series. Así de tajante.

¿Por qué?

Porque tienen un mecanismo de enganche un poco perverso y a mí me gusta leer y el ritmo con que las historias se cuentan en los libros.

Creo que las series son el mayor enemigo de la lectura.

Los selfies y las fotos de uno mismo en general

El otro día, estaba con una chica en un lugar precioso y, en vez de regodearse en la belleza, me pidió que le hiciera una foto.

Luego me preguntó si yo también quería una.

“Gracias, no me hago fotos” le dije.

Me miró como si fuera una marciana.

Solo me hago las de trabajo. Yo soy más de sombras que de selfies, pero igual me divierto.

Aquí una muestra:

Concierto de Los Zigarros en Dreamsea Mediterranean Camp

Los regalos de cumpleaños y otras fiestas de regalar

Tenían sentido cuando éramos una sociedad pobre y era la ocasión de estrenar zapatos o cualquier otra cosa necesaria.

Hoy en día, la mayoría de las personas en el mundo occidental, tienen sus necesidades básicas cubiertas y obligarse a regalar es obligarse a consumir.

Hace ya muchos años que no compro regalos, salvo cuando alguien lo necesita o creo que ese objeto es muy especial para esa persona.

Y si creo que debo hacer un regalo, elijo casi siempre un libro.

El picoteo de la atención volátil

Seguro que te pasa a menudo que estás hablando con alguien y se pone a mirar el móvil.

Cuando me sucede, me callo tranquilamente, no hay acritud, de verdad, solo espero a que termine para retomar.

Sin atención, un intercambio no puede dar mucho de sí y, en esos casos, prefiero el silencio.

Lo mismo pienso cuando otros miran varias cosas a la vez, por ejemplo algo en la televisión mientras tuitean o suben una imagen a Instagram…

Yo solo soy capaz de atender a una cosa por vez y despacio, y es algo que he agudizado de forma voluntaria porque creo que la calidad de la atención es sinónimo de calidad de vida y calidad de resultados.

Mis periodos de concentración disminuyen cuando estoy en la pantalla, por los múltiples estímulos que hay detrás, por eso he vuelto a leer y a escribir en papel, ya que me atrapa de una forma más profunda y me permite razonamientos más complejos.

La pantalla te absorbe mucho en tiempo, pero es algo más parecido a un picoteo que, a ratos, está muy bien, pero sin tener que renunciar a un buen cocido.

Ese picoteo se produce también en las conversaciones en cuanto hay más de tres personas, se salta de un tema a otro sin llegar a dialogar realmente sobre nada.

Creo que el número es tres porque cuando hay cuatro ya se pueden producir conversaciones paralelas.

El ruido que imponen los demás

Me he vuelto una bruja protestona en este sentido; no lo habría imaginado…

Donde vivo, en invierno es más tranquilo, pero en verano con las ventanas abiertas y las terrazas con vida, el ruido de los otros te invade y altera lo que estás haciendo.

Cuando alguien pone música fuerte o charla a voz en grito, no hay forma de defenderse, los sonidos invasores se cuelan e interrumpen la concentración.

Mis sobrinos, que son mis vecinos y son ruidosos, están hartos de que les mande whatsapps pidiendo que bajen el volumen o el tono y este verano le escribí una nota incendiaria a unos jóvenes veraneantes que se pasaban la noche de fiesta y no me dejaban pegar ojo.

El silencio me resulta muy enriquecedor y placentero.

Solo escucho música cuando voy a escuchar música, solo veo la televisión cuando hay algo concreto que quiero ver y, si puedo, apago cualquier aparato que produzca la más mínima vibración o runrún.

[piopialo vcboxed=»1″]Al silencio le pasa al contrario que a las parejas, cuánto más te acostumbras a él, más lo deseas.[/piopialo]

Y de ideas políticas mejor ni hablamos

No es un eufemismo, cada vez que hablo de política en mi entorno, terminamos enfadados, así que ya no lo hago.

Cuando a mi alrededor hablan de fútbol, de series o de política (que es mucho más frecuente de lo que una creería) me quedo en silencio y llevo los ojos a un punto neutro sobre la mesa.

Tal vez por eso huyo cada vez más de los grupos (reales, de whatsapp, de zoom…) y me gusta más el teléfono y la conversación entre dos o tres.

Y por supuesto leer y escribir, que son la forma que tenemos tú y yo de conversar tête-a-tête y en silencio. ¿Se puede pedir algo más?

De hecho, si todavía estás leyendo esto, es que hay algo profundamente humano que nos une, a pesar de que haya otras cosas que puedan separarnos.

Ahí, en ese rincón común, es en el que se puede empezar a dialogar.

27 Comentarios

  1. Mercè

    No puedo estar más de acuerdo contigo, Natalia.
    Antes era el alma de la fiesta, la que organizaba todos los cotarros, y mis cumpleaños parecían bodas de la cantidad de gente que asistía, incluso de grupos diferentes. En cambio desde hace un tiempo, en el terreno personal, cada vez me apetece más el «petit comité» y sobre todo del silencio. Disfrutar de una buena lectura/escritura/conversación, no tiene precio.
    ¡Un abrazo!

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Ten cuidado Mercé, que el «petit comité» y el silencio son muy adictivos…

      Un gusto compartir.

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  2. Celeste

    Siento esa misma atracción por el silencio y los ambientes tranquilos en general. PAS le llaman… creo que lo soy.

    Saludos.

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Yo no soy PAS, solo amante del silencio 🙂
      Un fuerte abrazo

      Responder
  3. Eva Godoy

    la verdad te felicito, ya he leído varios de tus artículos y son maravilloso. gracias por compartir sabiduría con nosotros. saludos!

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Natalia y el Equipo agradecemos tu comentario.
      Un abrazo fuerte Eva
      Carol
      Equipo de Natalia

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    • Natalia Gomez del Pozuelo

      ¡Muchas gracias!
      Saludo grande 🙂

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  4. Mar

    Fantástico Natalia. A veces viene bien leer palabras como las tuyas para saber que hay más personas que valoran el silencio, la conversación (con atención) y los libros. La capacidad de estar presentes. ¡Gracias!

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Gracias por estar ahí y por leer en silencio, Mar.

      Responder
  5. Animal de Fondo

    ¡Qué interesante que hayamos conocido a Carol, Equipo de Natalia! ¿También piensas lo mismo, Carol? A veces echo de menos alguna picardía en Natalia, una pequeña maldad, que estoy seguro ha de tener. A veces esos ojitos (Carol) que asoman por el borde del sofá nos apasionan. Saludos afectuosos a las dos!

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Muy buenas,
      Aquí Carol, del equipo, un placer saludarte.

      Claro que Natalia tiene picardías… ¡Y yo!

      A nuestro niño interior hay que conservarlo intacto para que esos «ojitos» no olviden ni la esencia ni la autenticidad. La vida resulta más atractiva y hace que vivamos experiencias diferentes.

      Te enviamos un gran abrazo,
      Carol
      Equipo de Natalia

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    • Natalia Gomez del Pozuelo

      ¡Qué bueno tenerte por aquí!

      Vas a ver cada vez más picardías mías porque me he ido a la porra y me he encerrado en una cueva con vistas para escribir todo el tiempo y, ya sabes, los encierros te sueltan…

      Abrazo fuerte,

      Natalia

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  6. Maria

    Gracias Naty, siempre tus valiosas reflecciones, me abren nuevas miradas. En este caso, coincido con la totalidad! Terrible y maravilloso a la vez!

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Hola María,
      Terrible y maravilloso, coincidir y lo que sucede…
      Un fuerte abrazo

      Responder
    • Cristian Arbeláez

      Que gran frase de cierre » Ahí en ese lugar común es donde empezamos a dialogar» Gracias por esa bella manera de invitarnos a retomar las raíces del saber. Bendiciones y muchos éxitos 🙏.

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  7. Mariola

    Gran y compartida reflexión.
    El silencio debe estar cada día, ayuda mucho.
    El ruido y el picoteo del móvil hoy resta en las relaciones y deberíamos minimizarlo poco a poco.
    Estar orgulloso de mi nación, no significa querer ser el primero a cualquier precio.
    Hablar de política es constructivo, pero sin extremos, populismos ni reproches; pero como dices cuesta encontrar estas conversaciones.

    No veo ninguna serie!!!

    Y la verdad me encantan los regalos, pero no siempre lo más caro, tecnológico ni de moda, … lo que ILUSIONA (puede ser un mensaje, una tarjeta, bombones o un reloj), porque sabes que es mucho más que algo material, es que nos conocemos.

    Gracias por tu mensaje, Natalia

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Gracias Mariola por tu aportación, y por mostrar que a unos nos gustan unas cosas, a otros otra y aunque aparentemente eso nos separe, no tiene por qué ser así.

      Hay algo profundo y muy humano que nos conecta.

      Un fuerte abrazo

      Responder
      • Pedro J. Hdez Cereceda

        Valoro mi soledad y mi trabajo pero sin dejar la oportunidad de pasar un buen fin de semana con mis hijos. Me gusta conversar con mi hija en Inglés (ambos estudiamos Filología Inglesa) aunque haga burla de mi acento.
        Atesoro y me enriquezco personalmente de estos momentos.
        Sólo tengo un amigo íntimo. Los demás son conocidos.
        Procuro madurar con paciencia y reflexión día a día.

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        • Natalia Gomez del Pozuelo

          Gracias por tu aportación, Pedro.

          Feliz semana de soledad y trabajo y feliz encuentro cuando llegue…

          Responder
        • Natalia Gomez del Pozuelo

          Muchas gracias Pedro por compartir aquí cómo disfrutas y nutres tu tiempo, a veces en soledad, otras en compañía de quiénes de aportan.
          Saludos,
          Carol
          Equipo de Natalia

          Responder
  8. Jaír Amores Laporta

    Buenas! Aquí Jaír, de EfectiVida.
    Enhorabuena Natalia. Por tu sinceridad y valentía. Pero sobre todo por tomar acciones consecuentes.
    No estás sola.
    ¡Un saludo desde Las Palmas de Gran Canaria!

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Gracias Jaír.

      Lo que tiene expresar los gustos (y disgustos) es que ¡uno nunca está solo! Ni en soledad.

      Un fuerte abrazo

      Responder
  9. Juan Manuel Tirado Toro

    Estoy totalmente de acuerdo con usted en todos los temas que ha tocado en este artículo. Gracias.

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      ¡Qué bueno! Gracias Juan Manuel.

      Con este artículo estoy descubriendo (tenía ya la intuición) que estas cosas me separan de unos pero me unen fuertemente a otros 🙂 como a ti.

      Un fuerte abrazo

      Responder
  10. Pablo

    Muchas gracias, muy oportuna.

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Gracias Pablo.

      Es un intento de contrarrestar el peso de la rapidez y las interrupciones.

      Un fuerte abrazo

      Responder

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