El otro día, me tropecé en Facebook con un artículo que decía: Las mujeres con culo grande son inteligentes y viven más tiempo,por lo que me planteo ¿Es mejor un culo grande o una inteligencia grande?, al parecer:
«Estudios realizados por las universidades de California y Pittsburgh descubrieron que las mujeres con enormes nalgas y cinturas pequeñas, son más inteligentes que las demás.»
«Mira qué bien,» pensé, «ahora puedo lucir mi trasero con orgullo» y sonreí.
Nos han inculcado, o al menos a mí, que es mejor tener una buena inteligencia que un buen culo, aunque visto el mundo actual a veces lo dudo.
Esa fue mi primera impresión sobre el artículo, darle vueltas al prestigio que tiene la mente frente al cuerpo (dualidad defendida por grandes pensadores como Platón o Descartes). Yo cada día estoy más convencida de que no existe esa división; para mí, cuerpo y mente son una sola unidad indivisible. Por explicarlo de forma más gráfica:
Pensamos con el culo y nos ponemos enfermos con la mente.
Luego dejé de lado la dualidad cuerpo-mente y me fijé en los comentarios al artículo:
«Entonces llegaré a vieja, jajaja» – Leyla
«Por eso me gustan bien inteligentes las minas…!!! jajajajaja» – Leonardo
«El culo no las va a hacer más inteligentes manga de estúpidas!! Estudien y ya!! Qué tanta estupidez dicen!!» – Sebastian
«Tener más beneficios los tenemos… jaja» – Ruby
«No me interesa que sean inteligentes o que vivan más tiempo; que tengan un buen culo, eso eso todo!!!!» – Marvin
«Eli, creo que te vas a morir» – Ángel
Me pareció curioso cómo a cada persona le afecta de una manera diferente en función de su propia concepción de la vida y de su relación con los culos y las inteligencias
También aparecieron dudas sobre la veracidad del estudio:
«Por favor, no crean estas pelotudeces. Así seguimos alimentando la ignorancia social e incapacidad racional!! Indignada. – Dana
«Nadie cuestiona nada aquí???» – Marco
Y tanto Dana como Marco tienen razón, uno de los principales retos a los que nos enfrentamos en este siglo XXI es la comprobación de la veracidad de la información a la que tenemos acceso.
Me puse a investigar las fuentes de esa información (como veis me divierto con cualquier cosita en un domingo lluvioso): este estudio apareció publicado en 2010 y, al menos, en este caso, se trata de información veraz. Muchas veces vemos la palabra Oxford y damos los datos por buenos. No nos engañemos, cualquiera puede mencionar una universidad de prestigio. De hecho esto nos afecta más a los más mayores, ya que tenemos grabado en nuestras neuronas (¿cuerpo o mente?) que algo publicado es cierto. Cuánto más jóvenes son las personas más dudan de que algo sea real, ya que se han encontrado con numerosas parodias o directamente puras invenciones, sobre cualquier tema.
¿Importa de verdad si algo es real o si se trata de ficción? ¿Desaparecerá la línea que divide a una de otra?
Tal vez realidad y ficción (ambas) forman parte de la vida misma. Así ha sido toda la vida, ¿o es que historiadores y novelistas no tenían una gran fantasía?
A muchos nos gustaría al menos distinguir entre ambos pero, para colmo, nuestra propia memoria nos engaña (como muestra el vídeo que pongo a continuación) y puede ser manipulada.
(Disponible solo en inglés)
¿Qué creer entonces? Tal vez haya que disfrutar de lo que se tenga, sea culo, inteligencia, ambas o ninguna (Sic)
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