En mi opinión, no hace falta aprenderse un discurso de memoria, sino aprender a contarlo.
Cuando se prepara una conferencia, presentación o examen, seguimos unas pautas hasta encontrar la estructura más adecuada.
Índice de contenido
1. Esa estructura es la que deberíamos memorizar primero
Lo más fácil para aprender el esquema del discurso es que éste sea muy fácil.
Para ello y porque en oratoria da un excelente resultado, recomiendo que sea un esquema de 3 apartados.
Algunos ejemplos típicos de estructura en tres partes:
- Descriptivo. Qué es, qué hace, cómo lo hace
- Acontecimientos. Qué pasó, por qué y qué consecuencias tiene
- Informe progresivo. Qué se había planteado, qué se consiguió, qué hacer después
- Solución de problemas. Situación actual, alternativas y mejor opción.
Y dentro de cada apartado, que haya otros tres puntos.
Si puedes hacer un discurso 3×3 te será mucho más fácil de retener que un 5×2, aunque el número de apartados sea casi el mismo.
La estructura la debes conocer de arriba abajo, del revés y del derecho, que la puedas recordar con o sin power point, con o sin papel. Para ello, da buen resultado utilizar las diferentes memorias.
2. Algunos tenemos más desarrollada la memoria visual…
…por eso nos sirven referencias “físicas” como “estaba arriba” o la “izquierda”.
Para estas personas es más fácil estudiar en un libro físico que en el ordenador, les vienen bien subrayados de colores y otras marcas visuales que fijen ese esquema en la cabeza.
También ayuda el poner el esquema en post-its de diferentes colores y pegarlos en la pared para grabar la estructura en la mente.
3. Para los que tienen memoria auditiva.
Da buen resultado decir el discurso en voz alta, grabarse y escuchase.
También asociarla a un determinado ritmo.
Un estudio de la Universidad Canadiense de Waterloo indica que hablar en voz alta ayuda a que las palabras se conviertan en recuerdos a largo plazo; al parecer la doble acción de hablar y escucharse tiene un impacto beneficioso sobre la memoria.
Según Colin M. MacLeod, profesor y presidente del Departamento de Psicología de la Universidad de Waterloo, coautor del estudio «cuando agregamos una medida activa a una palabra, ésta se vuelve más clara en la memoria a largo plazo».
4. Para los que tienen memoria kinestésica o de movimiento
Se puede trazar un recorrido en la habitación y colocar (imaginariamente) una parte del esquema en los diferentes puntos del recorrido o asociar cada punto de la estructura a un movimiento que cuente una historia, como por ejemplo, una carrera:
Inicio
En sus puestos
Pistoletazo
Salida
Desarrollo
Salgo rápido
Adelanto a uno
Me adelanta otro
Conclusión
Llego a meta
Alzo los brazos
Abrazo a un compañero
Si a cada uno de estos movimientos le asocio un punto del esquema y los “practico con el cuerpo” va a resultar más fácil recordarlos.
En mi caso, tengo memoria visual, pero si tú no sabes cuál tienes puedes hacer un pequeño test AQUÍ o pensar en los exámenes que ya has pasado o en otras ocasiones en las que has tenido que usar la memoria.
En cualquier caso, puedes utilizar los tres mecanismos y luego ver cuál te deja más huella para utilizarlo a partir de ese momento.
5. Una vez que conoces bien el esquema, es necesario “rellenarlo” de datos interesantes y aprenderlos
Si puede ser:
- Un dato (estudio, comparativa, etc…)
- Una historia y
- Una “frase fuerza”
Tendrá más impacto en los demás y resultará más fácil aprender.
6. De cada uno de los puntos puedes escribir 3 palabras clave y grabarte desarrollándolo
Esto permite varias cosas:
- Escuchar qué tal sale (incluso hacérselo escuchar a otro para ver qué le parece).
- Practicar el vocabulario que vas a necesitar. Si lo grabas varias veces, tendrás más vocabulario disponible.
- Memorizar sin esfuerzo los datos de cada apartado.
Hay personas que prefieren escribirlo todo y tratar de aprendérselo de memoria.
A mi gusto no es una técnica que dé buen resultado ya que:
- Es mucho más trabajo y dedicamos el tiempo a algo menos productivo.
- Si en medio del discurso uno se queda en blanco será más difícil retomar que si he practicado con “palabras clave”.
- Por más que uno escriba de forma fácil, la oralidad es diferente y lo escrito suele sonar más afectado y menos natural, con lo que costará más mantener la atención de los que escuchan.
7. El inicio y el final del discurso sí conviene saberlos de memoria
El inicio y el final (el primer minuto y el último, no más) podemos escribirlo y aprenderlo, pero lo que es más importante: conviene practicar cada uno al menos 20 veces.
Si nos lo sabemos como una canción (es decir, sin necesidad de pensar), saldrán ambos con facilidad, independientemente de los nervios y la sensación que produciremos en la audiencia es de seguridad.
8. En resumen…
→ Aprenderse la estructura
→ Practicar y grabar el contenido a partir de palabras clave (se puede utilizar una chuleta si no se trata de un examen)
→ Aprenderse el principio y el final.
→ Practicar varias veces el discurso completo, midiendo el tiempo y asegurándose de que aporta valor o cumple los objetivos buscados
¡A disfrutar de la práctica!
Muchas gracias por tu artículo. Desde que aprendí que cada persona tenemos un aprendizaje; Audivisual, auditivo y kinestésico me es más fácil comunicarme con los demás y aprender más rápidamente. Además de enseñar mejor a mis hijas (una con un aprendizaje auditivo y visual y otra aprendizaje kinestesico y visual). Muy interesante tu artículo
Hola Arantxa,
Gracias por tu mensaje. Somos únicos y respetar esa forma diferenciadora que tenemos de aprender y memorizar, nos puede ayudar en el proceso de adquirir y comprender conocimientos.
Un abrazo Arantxa.
Buenas! Aquí Jaír, de EfectiVida.
Muy interesante todo lo que comentas.
Efectivamente, aprenderse todo de memoria no es lo mejor, exceptuando la introducción y la conclusión.
Se nota mucho cuando un orador ha memorizado su discruso. Y en más de una vez he visto cómo se quedan en blanco, precisamente por haber memorizado todo.
Muchas gracias por tu artículo. Excelente!
Saludos desde Las Palmas!
Hola Jaír,
Gracias por tu aportación.
Un saludo muy cordial