Derribemos entre todos el día de la mujer

Derribemos entre todos el día de la mujer

día mundial, dia internacional, de la mujer trabajadora

En mi opinión, cuanto antes seamos capaces de que no haga falta este día, mejor.

La mayoría de los estudios, artículos y manuales, marcan las diferencias entre hombres y mujeres y no resaltan lo que tenemos en común.

Si con un ratón compartimos el 99% de los genes, ¿Cuánto compartimos hombres y mujeres? Hay un artículo interesante al respecto que se llama: Ni tan hombres, ni tan mujeres.

¿No crees que hay en ti un poco de hombre y un poco de mujer independientemente de lo que tengas entre las piernas?

Mi propuesta para este día es lo que yo llamo: efecto pinza.

Por un lado…

Leyes que garanticen la igualdad de obligaciones, derechos y oportunidades a TODAS las personas, de forma independiente de su condición o comportamiento sexual.

Un pequeño ejemplo: ¿Para cuándo el permiso de paternidad obligatorio?

En este aspecto las cosas han cambiado mucho. Os quiero contar una pequeña anécdota: Hace ya unos 15 años, un joven de treinta y muchos que hoy tiene cincuenta y pocos, en una conversación sobre el tema me dijo (con gran cabreo por mi parte): «Si uno de mis empleados hombres me pide la baja por paternidad, le despido». Ha pasado el tiempo y no le he preguntado lo que piensa hoy en día, pero quiero destacar que por mucho que cambien las leyes, necesitamos también deshacernos de los prejuicios.

Sería la otra parte de la pinza:

Provocar un cambio real en la forma de pensar.

Para poner un garbancito en ese camino, escribí El código del garbanzo, un detector de pensamientos sexistas, además de una pequeña historia, un juego y un experimento.

Como he leído en un libro de la filósofa Mónica Cavallé: «Reconocer nuestro fondo está más allá de todo rol particular y de todo guión aprendido. A ese nivel ya no somos hombre ni mujer, sencillamente somos. En ese ámbito esencial no necesitamos definir nuestra condición y nos limitamos a ser, sólo en él somos plenamente hombre o mujer —como la rosa es rosa y el niño es niño, sin “pretender” serlo, sin necesidad de ajustarse a ninguna imagen de sí mismos, siendo, sencillamente, en libertad, lo que somos—».

Solo cambiando cada uno de nosotros y provocando el contagio en otros, entre ellos en nuestros hijos, lograremos completar el efecto pinza:

Pinza

 

Leyes

 No prejuicios

 

Espero que pronto podamos, entre todos, derribar el día de la mujer porque ya no haga falta, igual que se han derribado muchos otros muros en la historia de la humanidad.

Tal vez quede «el día» como ha quedado un trozo de muro de Berlín o el Auschwitz Memorial, para que no se nos olvide que, en otro tiempo, se produjeron divisiones e injusticias.

7 Comentarios

  1. Pilar

    Hola Natalia
    Para mi sorpresa, me enteré hace muy poco de dónde viene la celebración del Día de la Mujer Trabajadora, que, por cierto, en España ya hace muchos años que se celebra simplemente como El Día de la Mujer.
    La conmemoración (que no celebración) del día de la mujer trabajadora fue a propuesta de las políticas alemanas Clara Zetkin y Kathy Dunker en la Internacional Socialista de Mujeres.

    Su propuesta era honrar a las mujeres trabajadoras en una acepción que hoy nos resulta lejana: de la clase trabajadora. Es decir, poner en primer plano a la clase más amplia y con menos privilegios de la sociedad, recordando especialmente a las trabajadoras del textil que se declararon en huelga en 1808 para cambiar sus penosísimas condiciones de trabajo.

    Hoy en día, hemos abarcado más, para que celebremos a todas las mujeres y, como dice Blanca más arriba, propiciemos la igualdad.

    Respecto a lo que dices en tu artículo sobre pedir leyes que garanticen la igualdad de todas las personas: desde luego. Desde lueguísimo. Sin ninguna duda.

    Pero eso no empece que pongamos el acento en la mujer, ya que sobre nosotras se añade una discriminación más: si eres discapacitado y eres mujer eres más vulnerable. La mayoría de pobres del mundo son mujeres. La minoría de supermegarricos son mujeres. Si eres migrante puede que tengas problemas, si eres mujer migrante lo tienes un poco más difícil…

    Tienes mucha razón, Natalia: la diferencia en los genes es estadísticamente despreciable. Por eso necesitamos hacer un mundo nuevo que sea mucho más inclusivo e igualitario.

    Un saludo

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Hola Pilar,

      No eres la primera que me habla en estos términos de este artículo, bueno, la otra persona fue más categórica, tú has sido muy amorosa; te felicito por esta exquisita forma de mostrar tu opinión.¡Gracias! Tanto de mi parte como de los lectores que vendrán después, seguro que también lo agradecen.

      Sé lo des aquellas mujeres y admiro mucho todo lo que hicieron y todo lo que han hecho y seguimos haciendo muchos hombres y mujeres (cada vez más), que buscamos simplemente «ser», sin roles aprendidos.

      Cuando hablo de derribar entre todos ese día, me refiero a que ya no sea necesario puesto que nuestra mirada sea circular, en vez de dividida. (Voy a intentar explicar lo que quiero decir.)

      En mi opinión, y sin ninguna pretensión de tener razón, es solo una aproximación que he hecho al tema en mis dos últimos libros (El código del garbanzo y Cre-actividad cotidiana, que le voy a cambiar el nombre por La mirada circular), se están difuminando las barreras, tanto en lo personal como en lo profesional:

      Cerca – Lejos
      Privado – Público
      Interno – Externo
      Local – Global
      Hombre – Mujer
      Mujer – Hombre

      Mi propuesta es dejar de trazar líneas, de separar,vamos a integrar… ¿El día del ser humano? ¿El del planeta?¿El del universo? ¿Es de día o es de noche allí arriba? No hay día ni noche.

      Para mí, los días X son una estúpida forma de acallar conciencias y de poner de «moda informativa» un tema durante 72 horas, una vez que pasa el vendaval mediático, nos olvidamos.

      Yo deseo integrar cada día, en cada cosa que haga, como profesional, como madre y padre que soy, como mujer y como hombre, porque a veces soy una cosa y a veces otra, o más bien siempre un poco de las dos.

      Como decía antes, no es una pretensión, es un deseo de contagio, de llevar a todos a la acción en la propia vida y no solo al comentario en esta plaza pública. Si esa acción sin prejuicios estuviera siempre presente, habríamos derribado entre todos el día de la mujer. Eso es lo que quería decir.Dejémonos de chorradas y actuemos en nuestro día a día, todos y cada uno de los momentos, independientemente del día en el que estemos.

      Supongo que mi deseo de que sea una realidad me hace sentirlo posible pero, sobre todo, intento actuarlo de forma permanente.

      Un fuerte abrazo,

      Natalia

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  2. Mª Amparo Servián Cardo

    Querida Natalia, tan acertada como siempre, no voy a volver lo que tu tan claramente has expuesto, así que solo te diré una vez más… Gracias por dar voz a tantas personas, PERSONAS, que piensan igual,
    Te quiero preciosa, que pases una hermosa, perfecta y feliz semana.

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Gracias preciosa. Un fuerte abrazo

      Responder
  3. Blanca Maguiña

    Para empezar perfectamente de acuerdo que TODAS las mujeres son trabajadoras. Posiblemente algunas mas que otras. Pero eso no modifica el concepto de trabajadora

    Eso del día de la mujer no tiene razón de ser. Quizás en su momento, hace un siglo, servía para crear conciencia de igualdad, eliminar injusticias

    HOY en día es eso lo que se requiere. Igualdad. Todos somos seres humanos igual en deberes y derechos cada cual desde su propia perspectiva

    Para continuar con el cambio de mentalidad, nosotras mismas propiciemos la igualdad

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  4. Santiago

    Natalia, estoy muy de acuerdo con tu entrada. Ya basta de separar, de exigir sin sentidos y de imponer criterios absurdos.

    Trabajemos en modificar ciertos prejuicios y comportamientos y vigilemos que se cumplen. Por cierto, totalmente de acuerdo contigo con el permiso de paternidad obligatorio. Creo que eliminaría ciertos prejuicios machistas a la hora de contratar.

    Por último, leí «El código del garbanzo» y tal y como indiqué en el comentario del libro en mi blog, es una historia que merece la pena leer y reflexionar sobre ella. Es de los que tengo anotados para releer este verano, con algo de tiempo para pensar. Lo recomiendo y más, en un día como hoy

    Saludos

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