Cómo corregir sin herir

Feedback corregir sin herir

Cómo corregir sin herir

A veces debemos:

  • comentar el trabajo de un colaborador o compañero
  • intentar modificar una actitud de un hijo
  • decirle a un amigo o familiar algo que no nos ha gustado…

Es bueno saber que ¡se puede corregir sin herir! aunque parezca mentira.

Los consejos que doy en Buen padre, mejor jefe y que os pongo a continuación pueden ayudar a dar una opinión de forma positiva, aunque lo que tengamos que decir no lo sea:

Dilo con seriedad, que no  se pueda confundir con una broma, pero nunca enfadado/a.

¿Has explicado bien las normas? Si no, es difícil pedir que las cosas se hagan como tú esperas y ¡ojo! no las cambies de un día para otro.

La conversación debe ser constructiva. Expón tus argumentos y muéstrate afectuoso/a (que no divertido/a).

Asegúrate de no manifestar puntos de vista diferentes entre las distintas autoridades (en el caso de la empresa, dos niveles jerárquicos y en casa entre el padre y la madre).

Transmítelo con calma para que se cree un ambiente de confianza y la otra persona esté más receptiva. Si pierdes las formas, pierdes la razón.

Si  se produce una discusión, haz una pausa para tranquilizar los ánimos y continúa al cabo de un rato. Cuando perdemos las formas, perdemos la razón. Si una persona tiene delante a un “monstruo” gritando, lo único que siente es miedo, no va a ser capaz de comprender, y menos asimilar, lo que le están diciendo.

No corrijas si estás enfadado y te puedes dejar llevar por tu estado de ánimo, es probable que no seas objetivo. Mejor déjalo para otro momento.

Pregúntale al otro su opinión sobre lo que le estás comentando, que haya espacio para los dos; no conviertas la charla en un monólogo.

No hables de cosas del pasado, trata únicamente del hecho concreto.

Sé breve: es mejor poco y bien argumentado que mucho.

Explica con claridad el tema en sí: lo que esperas que haga el otro y los motivos. Por ejemplo: “conviene que hagas esto porque…”.

Da tu opinión sin cuestionar a la persona ni su capacidad para obtener los resultados esperados.

Es necesario tener cierta tolerancia, incluso si somos muy perfeccionistas, y hablar solo de cosas realmente importantes.

Adapta la conversación a la gravedad de la situación.

Respeta la concentración de los demás, si les interrumpes para pedirles algo, es probable que no te escuchen bien y, por tanto, no lo hagan como esperas.

Este tipo de conversación es cosa de dos, no es bueno tenerla delante de terceros.

Sean como sean los resultados, muchas veces nuestra opinión puede generar malestar, por lo que habrá que buscar un acercamiento posterior si la persona está molesta.

Y ¡sobre todo! no olvides que la realidad es cuestión de interpretación, por lo que hay que tener siempre en cuenta la opinión del otro y escucharle ANTES de soltar la “regañina”.

* Basados en las pautas de Beatrix Palt en ·Cómo regañar pero bien”. Editorial Omega 2005

2 Comentarios

  1. Pepita

    Muchas gracias. Siempre viene bien que una persona te muestre una serie de pautas a tener en cuenta, ya que dadas ciertas situaciones, uno se olvida de la conversación que estámanteniendo y traslada la balanza hacia donde más pesa en ese momento. Aunque soy relativamente joven, intentaré trasladarlo a los distintos ámbitos de mi vida y comprobar qué resultados he obtenido.

    Responder
  2. Madespymas

    Muy bueno. Es un poco triste que tantas y tantas veces se nos olviden muchísimas cosas que sabemos, que leemos y damos por supuestas cuando nos las cuenta el de enfrente. Pero está claro que no siempre sabemos controlarnos y actuar del modo más obvio. Gracias por hacernos recordar y enseñarnos. Lo tendré en cuenta en mi vida de mamá y de profesional.

    Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete y recibe pequeñas historias semanales

Apúntate aquí:

* campo obligatorio
   

Te recomiendo mi último libro: