El amor es puro cuento

el amor es un cuento

El amor es puro cuento

En varias ocasiones hemos hablado del poder de las historias; un ejemplo de ello es cómo llevaron al Homo Sapiens a arrasar con el resto de homínidos. Pero no tenemos que irnos a algo tan abstracto y tan grande para comprender este concepto:

Recordarás la foto del niño que murió en una playa de Turquía tratando de escapar de la guerra en su país y ante la indiferencia del resto del mundo… La historia de Aylan produjo un aluvión de donaciones, es decir una implicación de la sociedad mucho mayor que la estadística que muestra que 14 millones de niños se ven afectados por los conflictos bélicos cada año.

Las historias nos llevan de la emoción a la acción, y cuánto mayor es la inversión emocional que provoca una historia, mayor implicación produce en nosotros.

Hasta muy entrada la edad moderna, el matrimonio era una forma de organizar la sociedad y estaba completamente separado del amor y del sexo. fue con el romanticismo, en la primera mitad del siglo XIX, cuando surge la idea del matrimonio por amor y empieza a generalizarse el amor romántico, favorecido por el desarraigo provocado por la emigración. En la actualidad, el amor es la historia con mayor inversión emocional que existe.

Tienes que reconocerlo, te ha sucedido: amas y pierdes el norte. Se ha descrito como ceguera, locura, enajenación… pero lo que sucede en realidad es que esa «pequeña historia» produce un cóctel químico que secuestra nuestra cerebro llenándolo de sustancias que tienen los siguientes efectos:

Dopamina: foco, atención, anticipación

Oxitocina: identificación, empatía

Endorfinas: risa, creatividad, enfoque

Con todas esas consecuencias positivas, ¿cómo no vamos a celebrar el amor aunque sea puro cuento?

Y qué me dices de la desolación tan terrible que produce el desamor, que lo llena todo de una tristeza amarga y desolada…

[piopialo vcboxed=»1″]El amor y el desamor dependen de las historias que nos contamos, tanto nosotros como el ser amado[/piopialo]

Estés en el momento que estés, solo puedes disfrutarlo, o padecerlo, aunque sea puro cuento. Las películas, los libros, incluso la Historia, también lo son, y lo sabemos, pero nuestro cerebro sigue recibiendo hormonas que transforman su sensación de bienestar. Por tanto:

¡Feliz o infeliz día del amor!

3 Comentarios

  1. Francesc Flix Langa

    A ti, por tus sabias reflexiones. Nos obligas a estrujarnos el cerebro y eso siempre es bueno.

    Responder
  2. Francesc Flix Langa

    Yo diría que somos puro cuento. Nos creemos lo que somos porque la sociedad así lo reconoce, pero cuando te haces mayor, enfermas, enloqueces o te conviertes en un indigente, la sociedad tiende a girarte la espalda: nadie reconoce tus dificultades, tus circunstancias, te ven débil y ese reconocimiento que en otro tiempo te habían dado, te lo retiran. ¿Quién eres entonces? la sociedad te reconoce como un perdedor, pero tú sigues siendo el mismo. ¿Qué ha cambiado? La forma en que te ve el mundo.
    En definitiva, la realidad es la que nos creemos -o la que nos hacen creer- y por tanto es puro cuento.
    Somos lo que nos creemos ser, y las circunstancias pueden cambiarlo todo.
    Saludos

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Gracias por tu excelente comentario, Francesc. Estoy completamente de acuerdo. Es importante reconocer las luces y las sombras que producen esos cuentos. Saber que lo son, ayuda a seguir adelante con dignidad.

      Responder

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