Cómo perder el rumbo y encontrar el corazón o el camino de los knowmads

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Cómo perder el rumbo y encontrar el corazón o el camino de los knowmads

¿Es posible de verdad marcar un rumbo? ¿Existen las metas? ¿Se cumple alguna vez un plan? Cómo perder el rumbo y encontrar el corazón.

Como dice Enrique Dans en su post Casualidades y carrera profesional:

«Si aspiras a tenerlo todo controlado en tu carrera profesional… piénsalo de nuevo. No es posible, no es siquiera recomendable, y puede terminar siendo profundamente frustrante.» 

En 2007 dejé de trabajar por cuenta ajena para dedicarme a la escritura. Cuando lo hice, creía que perseguía un sueño, que ese era el destino hacia el que me encaminaba, pero una vez recorridos casi 10 años de «ese» camino me he dado cuenta de que:

[piopialo vcboxed=»1″]Un sueño es solo el punto de partida, no de el de llegada[/piopialo]

Cada momento de la vida es movimiento y giro, pero cuando hacemos un viraje intencionado, se extiende ante nosotros un panorama de infinitas posibilidades.

En mi caso, yo creía que dejaba el trabajo por cuenta ajena para escribir, pero la necesidad (en forma de facturas) me ha llevado a ampliar un poco el espectro

Además de escribir, doy cursos y conferencias y he participado en proyectos de emprendimiento, de los cuáles hay dos muy interesantes en marcha que me están dando buenos resultados.

Raquel Roca, en su libro Knowmads, los trabajadores del futuro, habla de 3 grandes tendencias laborales:

  1. Globalización e hiperconectividad
  2. Virtualización laboral
  3. Potencias emergentes

Ante las nuevas condiciones profesionales, podemos hacer dos cosas, temerlas o utilizarlas a nuestro favor.

Como dice John Moravec en la introducción del libro de Raquel:

«El camino hacia la innovación personal comienza con abrazar una vida en beta permanente, lo que no quiere decir que estemos solos en este viaje, antes bien al contrario.»

Quiero compartir con vosotros el ingrediente que para mí ha sido fundamental, eso pretendo con esta reflexión.

Me gustaría enlazar conocimientos con cada uno de vosotros, esa puesta en común tiene mucho que ver con aprender a nadar en este mundo líquido que nos ha tocado vivir.

Y para hacerlo, me gustaría repasar mis tres facetas profesionales y las experiencias que me ha dejado cada una, por si os da alguna idea para vuestro devenir profesional (recuerda que siempre estamos en transición).

En 2012 hice un balance y escribí el post Yo ya he salido de la crisis ¿Y tú?,

Fue uno de los más leídos del blog, supongo que conectaba con mucha gente que lo estaba pasando mal puesto que yo también había sufrido la escasez de esos años duros.

Hoy, estamos en una situación muy diferente.

A nivel colectivo, no sabemos muy bien qué va a pasar, parece que vivimos un punto de inflexión, tanto político como económico.

Tal vez lo definiría como estar en la cuerda floja, podemos irnos (¿o caernos?) hacia cualquier lado, tal vez así es como se sienten también muchas personas a nivel individual.

Yo también me sentía así, he sufrido las turbulencias del autónomo, pero ahora creo haber llegado a un puerto algo más tranquilo en lo profesional

Las facturas las pagan todo lo que he construido en los últimos 25 años: 15 por cuenta ajena y casi 10 que llevo de autónoma.

Ahora, por fin tengo tiempo para escribir, aunque no sé dónde lo meto, pues no siempre lo encuentro. Como dice un buen amigo: «Parajodas» de la vida.

A este lugar tranquilo en el que disfruto profundamente de mi profesión he llegado por un camino inesperado que me ha enseñado mucho.

¿Qué he aprendido con mi gorra de escritora?

¡Cuántos me habían dicho que era casi imposible vivir de la escritura!, pero no me lo creí, o más bien, con la típica soberbia del principiante, me creí «diferente».

[piopialo vcboxed=»1″]¡Qué razón tienen los que nos muestran las dificultades, menos mal que no les hacemos caso![/piopialo]

Si me lo hubiera creído no habría publicado mis 8 libros.

Entre todos ellos he vendido unos 30.000 ejemplares, más de 3.000 al año peeeero… como bien decían los agoreros, eso no da para vivir, aunque sí produce unos pocos cientos de euros al mes que suman y ayudan.

Además, en el proceso he aprendido cosas muy importantes sobre mi oficio (que, por supuesto, ya me habían dicho otros que pasaron por aquí antes), como por ejemplo:

  • Escribir con el único objetivo de vender «ensucia» la escritura.
  • La creación tiene un ritmo propio que no tiene que ver con el del mercado.
  • Al no ser una actividad «urgente» las demás la pisotean como hacen los rinocerontes con una pequeña hoguera.

Por tanto, en este aspecto, tengo intención (que no un plan concreto) de escribir a placer, que es cuando mejores cosas produzco.

He desistido de buscar resultados económicos con la escritura, pero sigo esforzándome en reservar un sitio importante en mi día a día para ella, de lo contrario mi pasión morirá.

Y para buscarlo he necesitado hacer algunos cambios:

  • He ordenado mi rutina y (salvo que tenga un curso) me reservo todos los días de 8:30 a 14 para escribir o trabajar
  • He cambiado de actividad física, en vez de hacer deporte, me voy un par de horas (o tres) al monte a caminar; así mantengo mi cuerpo en forma, estoy en contacto con la naturaleza y dispongo de tiempo de soledad para que la escritura vaya «cocinándose» despacio.
  • He dejado de acudir (salvo que me resulte imprescindible) a ferias, eventos, networkings… No digo que no sean necesarios para muchos, pero a mí no «me caben» debido a la gran necesidad de tiempo de silencio que requiere mi oficio. Es otro de los grandes aprendizajes: elegir es renunciar, y trato de hacerlo con alegría, sabiendo que lo hago por algo.

Me he dado cuenta de que:

[piopialo vcboxed=»1″]El silencio es el mejor caldo de cultivo para la creatividad,  si no existe en vez de crear, copiamos[/piopialo]

Te hago una pregunta que igual te ayuda a reflexionar sobre tu situación:

¿Cuánto sitio le dejas en tu agenda para aquello que te apasiona? Sin un lugar suficientemente amplio, será muy difícil desarrollarla.

¿Y en mi faceta de emprendedora?

Por un lado, el cojín de meditación Comfort, que lancé con mi socia hace un año, camina viento en popa; cada día vendemos varios (sin un gran esfuerzo) entre España, Fracia, Alemania, Italia y Reino Unido. La cifra crece mes a mes por encima de lo presupuestado.

Yo estaba convencida de que era una pequeña tormenta perfecta desde el punto de vista de marketing: un excelente producto que de verdad ayuda a un público muy concreto.

¿Cómo lo hemos logrado?

[piopialo vcboxed=»1″]A veces lo más fácil es lo que mejor funciona[/piopialo]

Aunque invertimos bastante en SEO (posicionamiento en buscadores), en la web, escribimos artículos, etc., no convertíamos visitas en ventas.

En cambio aprovechamos la facilidad que da Amazon para distribuir en Europa y nos centramos en lograr que nuestro cojín estuviera en todos los países en las primeras posiciones.

Hemos hecho cosas que a nuestro responsable de SEO le ponían los pelos de punta, como apuntar a Amazon desde nuestra web, hacer publicidad y llevar tráfico a Amazon en vez de a nuestra página, y ¡nos ha dado excelentes resultados!

  • No hemos hecho business plan (aunque lo intentamos, no había datos, por lo que la previsión la hicimos con nuestros conocimientos de otros sectores)
  • No presentamos (de momento) el producto a premios
  • No necesitamos financiación
  • No tenemos equipo, lo que necesitamos lo subcontratamos

Aunque lo verdaderamente importante, es que somos las socias adecuadas y que se trata de un gran producto, por eso se vende.

Hemos innovado en un campo milenario como el de la meditación y nos llegan magníficos comentarios de la gente que lo utiliza, de verdad ayuda a la personas a meditar.

[piopialo vcboxed=»1″]La idea llegó en un momento de gran silencio, mientras meditaba :)[/piopialo]

Además, he aprendido que:

  • Hay hueco para productos de calidad, fabricados en España y con vocación internacional
  • Hay sectores que crecen mucho. El nuestro lo hace debido a que la hiperactividad del mundo actual hace necesaria que las personas busquen lugares de calma. ¿Os fijáis cómo volvemos al silencio?

Por otro lado, acabo de sacar un nuevo proyecto de emprendimiento formativo: El método Adiós Miedo Escénico,

Es un programa de acompañamiento online para librarse de los nervios al hablar en público. Los primeros pasos de este proyecto son muy prometedores.

Llevo mes y medio y ya he quintuplicado los beneficios que me producen los libros al mes.

¿Qué es lo que me ha impulsado a lanzarlo?

La escucha.

Mis lectores me lo piden cada día, necesitan ayuda para vencer ese miedo que afecta a un 30% de la población.

Y para escuchar, ¿qué hace falta? La necesidad más básica para ser capaz de escuchar es… (¿lo has adivinado?) el silencio.

De nuevo volvemos a él.

¿Y como profesora y conferenciante?

(O coferencista, como dicen los latinos…)

Llevo casi diez años formando en comunicación y mis cursos y conferencias me resultan imprescindibles por varios motivos:

  • Ayudar a otros produce mucha satisfacción
  • Me dan estabilidad económica y…
  • Me ayudan a seguir investigando y probando nuevas técnicas de comunicación de forma constante

Lo que revierte tanto en la escritura, puesto que escribo sobre los temas investigados, como en mi faceta emprendedora. El método Adiós Miedo Escénico es una muestra de ello.

En mi opinión todas las facetas de nuestra vida repercuten en las demás, pero hay un ingrediente necesario para todas ellas: el silencio, tener momentos en los que no estemos haciendo nada, ni televisión, ni libros, ni música, ni móvil, ni compañía…

[piopialo vcboxed=»1″]El silencio es el ingrediente que necesitas para saber por dónde seguir[/piopialo]

A mí el silencio me ha llevado a perder el rumbo y a encontrar el corazón.

Y el silencio lo he logrado a través de:

  • Los compañeros de viaje adecuados: socios, colaboradores, alumnos, clientes…
  • He tenido que hacer un poco de silencio en las redes (por ejemplo: hace tiempo que no escribía un post)
  • Enfocarme en un solo proyecto cada vez
  • Escuchar más y hablar menos

Qué difícil es practicar de verdad aquello que sabemos.

Y por último, una reflexión:

 [piopialo vcboxed=»1″]Cuando cambias de rumbo, no dejas atrás lo anterior, no se puede.[/piopialo]

Todas las experiencias pasadas influyen en cada nuevo paso, tal vez por eso me gusta mucho la frase de @yoriento:

«No salgas de tu zona de confort, hazla más grande»

De eso se trata, de explorar, conocer, innovar… y, en el proceso, lo nuevo no elimina lo anterior, lo complementa. Esos ingredientes mezclados con la necesidad son los que dan impulso a los proyectos.

6 Comentarios

  1. Virgilio

    Extraordinario!
    Qué grande es el silencio y cuantas cosas nos dice. Precioso artículo.
    Un saludo.

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Gracias Virgilio.

      (Silencio 🙂

      Un fuerte abrazo,

      Natalia

      Responder
  2. Cristina Hidalgo Cid

    Felicidades! Gran escrito! Vale la pena leerlo 🙂
    Me ha encantado!!!
    Ayer … Entendí un nuevo significado de amor!
    Es una energia muy poderosa… La que más, para mi.
    Y es lo que transmite tu escrito, además de paz, serenidad …es inspirador!

    Gracias!!

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Hola Cristina,

      Qué gran descubrimiento el tuyo de ayer… una vez que uno se da cuenta, no queda más opción que entregarse a él, en todas sus formas.

      Un fuerte abrazo,

      Natalia

      Responder
  3. Amparo Servián

    Querida Natalia,
    Que alegría escucharte hablar del silencio…
    Es tan necesario en nuestros días, me encanta cuando dices que has cambiado el gimnasio por
    el placer de pasear en el campo, el correr por la calma, el hacer mucho por el «no haciendo», que
    tu «gorra de escritora» ha cambiado al descubrir como todo te lleva a un camino, nuevo, pero
    acompañado de tantas vivencias anteriores…
    Sólo déjame decirte que me siento afortunada de haberte conocido, de que estés en mi vida a
    través de las palabras, a través del corazón, del sentir y del vivir el camino de la vida,
    Que te quiero, que respeto muchísimo tu compartir y que desde algún lugar mágico, tanto Agustín como yo te enviamos cariños y ánimos para que sigas en tu «silencio» lleno de mágicas palabras
    compartidas…

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Querida Amparo,

      La suerte es mía por tener cerca personas como vosotros. Igual te apetece compartir algún link de ese lugar mágico en el que os encontráis por si los lectores se animan a ir y probar el silencio verde 🙂

      Un fuerte abrazo,

      Natalia

      Responder

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