Qué lástima de comunicación política

Qué lástima de comunicación política

Debate 2015 comunicación política

He necesitado 24 horas de digestión para poder escribir sobre el debate de A3 Media y la nefasta impresión que me causó ese circo, al menos desde el punto de vista de la comunicación.

En mis clases siempre comento que NO hay que estar pendientes del lenguaje no verbal ya que los grandes comunicadores del siglo XXI tienen algunos rasgos en común que son:

¿Pero qué vimos en el debate?

Que, por cierto, no sé a santo de qué se le llama debate. ¿En qué momento se intercambió una sola idea?

Es como esas nuevas mesas redondas de los congresos, tan descafeinadas que parecen triángulos en los que cada vértice está aislado en su rincón y se sirven varias conferencias en rodajas.

¿Qué aporta escuchar un minuto y medio de cada candidato sobre un tema del que se han aprendido una retahíla de lugares comunes? Podían haber enviado una grabación. Parecían marionetas pendientes del lenguaje no verbal, de mover las manos así o asao, del no te sientes en la banqueta que parecerás cansado, ¡cómo no va a estarlo, coño, si lleva dos horas de pie haciendo una conferencia intermitente de loro, sin intercambiar, mirar, pensar y, menos aún, sentir, un circo de frases hechas saltando a la comba, pasando por el aro.

Qué pena ver a Pablo Iglesias tan correcto, tan «dentro», y a Albert Rivera balanceándose como un tentetieso y Pedrito, que parecía un tío preparado, y hasta la cara de pena la impostaba, ¿y Soraya?… pequeña (por más tacón que se ponga) pero matona, con su sonrisa suficiente, aunque ella y Pablo me parecieron los más naturales, y eso que no me resultan los más simpáticos…

En fin, que si el debate del lunes representa lo que van a hacer nuestros candidatos cuando lleguen al poder, porque esta vez llegarán todos o una combinación de varios, apaga y vámonos: nos mostraron a una panda de títeres al servicio de los medios de comunicación.

Qué poca autenticidad, qué poco valor para sentarse si estás cansado, para responder de otro modo, para mirar de verdad. Tras el análisis uno echa de menos a los ausentes.

¿Y si, para variar, hiciéramos un debate entre seres humanos en cuyas manos está la gestión de nuestros recursos en vez de un baile de máscaras mal asesoradas por profesionales que tampoco parecen tener el valor de defender lo auténtico, el posicionamiento político, la opinión y la emoción?

Me pareció un coro de papagayos soltando minidiscursos ante muchos millones de gilipollas que mirábamos asombrados la falta de enjundia de esos lidercillos de pacotilla.

¿Qué hace uno el 20 de diciembre en este país? 

¿Salir corriendo? ¿Evocar al más allá porque el más acá es deprimente? ¿Hacer una revolución? ¿Pero no iba de eso el 15M? ¿Voto en blanco? ¿Autoanarquía colaborativa?

Y uno mira al rededor y ve lo que está pasando en otros países y piensa: «¡Oh my! y creo que es lo que repetiremos el 21 de diciembre: «¡Oh my!»

 

 

11 Comentarios

  1. Luis Gomez

    Hola tia Nata!
    Me he estado informando ultimamente sobre las elecciones españolas aunque no vaya a poder votar, desde mi opinion externa (osea sin la vision integral) los debates evidentemente son mejorables, pero me parecen bastante correctos. Es verdad que de debate no tienen mucho y las criticas entre ellos suelen ser destructivas evidenciando lo que hizo uno o lo que hizo el otro, pero estoy de acuerdo en ir a exponer sus programas que se han aprendido, son ideas plasmadas como reformas sociales, economicas, legislativas etc. en las que se toma en cuenta a la mayoria, que me parece que debe tener más importancia en el juicio del espectador ya que han sido meditadas por grupos de expertos, ha que se valore la ocurrencia capacidad de dialogo y persuasion que un individuo representante de su partido pueda tener, se tiende a la demagogia por este camino. Sin embargo concuerdo en la parte que son un producto de los medios, por eso se comportan así, por que si dependen de su capacidad de dialogo tienden a equivocarse, lo que puede llevar a su sepultacion politica si es mediaticamente bien conducido(o más bien mal). Los errores son mucho más criticados del beneficio que cualquier acierto pueda producir.
    Pero bueno dicho esto, me encanta lo critica que eres y tienes mucha razón, pero también hay que darles que estan involucrando al ciudadano de a pié mucho más que otros paises, ojalá nos pudieramos acercar a como es vuestro sistema. También habrá que ver si la ejecución se distancia mucho de las propuestas prometidas, como suele pasar.
    Disculpad mis faltas de ortografía y te mando un beso!!

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Qué gusto leer tu comentario, muchas gracias.

      Lo que creo, en este caso particular pero en la comunicación en general, es que pensamos que lo importante es «lo dicho» o «lo actuado», y eso produce conferencias/debates que no tienen nada de intercambio, que no nos muestran a la persona: su capacidad de escucha, de reacción, sus sentimientos… sino una serie de palabras aprendidas a preguntas estudiadas, la atención mediática produce un agarrotamiento o estandarización que convierte al político en un objeto de consumo, y para mí el político es una persona que va a ser responsable de gestionar los esfuerzos de muchos ciudadanos, en el papel cabe todo y los programas los va modificando la realidad (piensa en la entrada de España en la OTAN o en el último programa del PP) por eso a mí me gustaría saber cómo es de verdad un candidato: sus valores, sus reacciones, su forma de intercambiar ideas, sus motivaciones…

      También creo que a la antigua forma de hacer política le queda poco tiempo (espero) y que las nuevas tecnologías ayuden a que de verdad los ciudadanos estén más involucrados. En España, en México y (ojalá) en cualquier país del mundo.

      Un abrazo,

      Natalia

      Responder
  2. Javier Galue

    Totalmente de acuerdo contigo Natalia. Están encerrados en un pequeño mundo de asesores de marketing político que con todo el respeto a mis colegas creo que no están haciendo un trabajo completo. Buscan el efectismo y eso tiene sus consecuencias, tanto electorales como en el futuro de nuestro país. Ya es tarde para que cambien de rumbo, pero bueno, poco a poco… 😉

    Responder
  3. Jose

    Yo no lo vi, y esto es lo primero que leo o veo del debate.
    tengo esa suerte; a esas horas estaba a la mesa, compartiendo vida con unos amigos.

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Pues es una excelente opción Jose. Yo cada vez practico más la dieta hipomediática.

      Un abrazo,

      Natalia

      Responder
  4. Aurora

    Natalia, intuyo que no vas por ahí pero no puedo resistirme: ojo con lo que deseas no siendo que se cumpla!!!. Me refiero a …»Tras el análisis uno echa de menos a los ausentes».
    Si el debate fue un desastre sin el gran ausente… ¡no quiero imaginar cómo habría sido si hubiera ido!!. 🙂 Igual más divertido, pensándolo bien.
    Excelente artículo e inmejorable síntesis, como siempre, ojalá no tengamos que decir «oh my..». Enhorabuena!

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Pensaba más bien en UPyD y en Izquierda Unida pero tu lectura es más divertida… Ja ja

      Un abrazo,

      Natalia

      Responder
      • Aurora

        Selo… selo… Y coincido contigo!. Pero como te digo no pude resistirme 🙂

        Buen día!
        Aurora

        Responder
  5. Ignacio CM

    De marciana, nada, Natalia. O eso, o somos un país de extraterrestres, porque la mayoría de la gente con quienes lo he hablado, lo vimos igual: un show en el que los candidatos y sus respectivos equipos lanzaban sus eslóganes, entre postureo y postureo.

    De un «debate» donde lo que mas ha llamado la atención son las pifias de un@s u otr@s, ¿qué podemos decir?.

    Vamos, que esto ha sido el viejo «dadles circo» .. por mas modernos que nos queramos creer.

    Responder
  6. Natalia Gomez del Pozuelo

    Gracias Guillem.
    Me alegra no ser la única que lo piensa… A veces uno se siente un alienígena.
    Un fuerte abrazo,
    Natalia

    Responder
  7. Guillem Recolons

    Imposible estar más de acuerdo, Natalia. Fue un circo lamentable, un show que perseguía más la audiencia y el tweet facilón que sembrar conciencia. En fin, sigamos con lo nuestro y que pase como en Italia, un país donde pase lo que pase en el gobierno, los italianos siguen y siguen con lo suyo. Un abrazo!

    Guillem

    Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete y recibe pequeñas historias semanales

Apúntate aquí:

* campo obligatorio
   

Te recomiendo mi último libro: