Podemos predecir nuestro futuro mirando nuestro pasado

futuro

Podemos predecir nuestro futuro mirando nuestro pasado

Una de las imágenes más potentes que me ha «regalado» un conferenciante fue la que describió Juan Luis Arsuaga en el Ser Creativo; nos dijo que:

la paleontología era como ir sentado en un tren, en sentido inverso a la marcha y tratar de predecir el futuro mirando el pasado.

Esa imagen la podemos extrapolar a nuestras vidas:

[piopialo vcboxed=»1″]Podemos predecir nuestro futuro mirando nuestro pasado [/piopialo]

Cuando contamos las cosas nos centramos en aquellos detalles más llamativos

Para que provoquen impacto y sean breves, que son dos de las claves necesarias en la comunicación actual; es lo que yo misma aconsejo en mis cursos de comunicación en las empresas, pero no hay que olvidar todo lo que hay detrás.

Os pongo un ejemplo:

yo «me cuento» hablando de un momento de lucidez en el que tomé la decisión de dejar el trabajo y ponerme a escribir, y lo hago así porque eso llama la atención de las personas.

Se trata de una historia absolutamente cierta, pero a la que le faltan un montón de detalles adicionales.

Como dice Steve Jobs en su conferencia en Stanford, solo se pueden unir los puntos mirando hacia atrás.

Si en aquel momento yo lo hubiera hecho, habría visto que esa decisión estaba «preparada» hacía mucho tiempo. Ya contaba con:

  • Un hambre voraz por la lectura desde muy pequeña
  • Noches enteras sin dormir en «compañía» de grandes escritores
  • Pequeños textos escritos y algún diario
  • Una sensación de «falta» que provocaba una búsqueda constante
  • Un cansancio creciente de la forma y el fondo del mundo empresarial
  • Un exceso de trabajo y una carencia fuerte de tiempo para la familia y para mí

Todo eso conformaba la tierra adecuada y el abono para que aquel día en el que tomé la decisión de escribir, pudiera plantar la semilla de mi nuevo futuro, que por circunstancias de la vida no se había podido dar hasta ese momento.

Cayó en un terreno preparado para acogerla y seguí cuidándola y dándole el alimento necesario para crecer:

  • Cursos de escritura
  • El inicio de una novela
  • Etc.

… hasta donde estoy ahora, sentada en el tren, en el sentido inverso a la marcha y viendo una pequeña planta de siete u ocho años que sigue creciendo al ritmo que me deja la vida y que me marca mi interior, mis ganas, mis ideas.

Parece claro que en nuestro presente y mirando hacia atrás está lo que hemos plantado

Los brotes o los arbolitos de lo que llegaremos a ser.

El futuro no aparece por generación espontánea, sino que es el resultado de las acciones que vamos emprendiendo.

Por tanto, un ejercicio que puede aportar mucha claridad a nuestra vida, es mirar qué estamos cultivando:

  • Ese curso al que te has apuntado lleno de ilusión
  • Esa persona o grupo de personas a las que tratas
  • La afición que practicas
  • Ese (hoy pequeño) proyecto que has comenzado o que te ronda la mente
  • Esa investigación
  • Ese amor

[piopialo vcboxed=»1″]Piensa, ¿tienes plantadas en tu vida las semillas de lo que quieres ser en el futuro? [/piopialo]

Tal vez todavía no, y no creo que eso deba ser un motivo de preocupación, pero al menos puedes abonar el terreno de aquello que te gustaría hacer:

  • Puedes rodearte de personas que tengan ese mismo interés
  • Leer sobre lo que te atrae
  • Ponerte en modo cre-activo
  • Imaginar y jugar con las diferentes posibilidades

Pero si en tu presente y tu pasado cercano solo hay tiempo para las obligaciones o para la televisión, es probable que tu potencial caiga en terreno baldío y no pueda germinar; recuerda que hay desiertos, tundras, terrenos de cultivo, bosques, selvas…

[piopialo vcboxed=»1″]Ten mucho cuidado con lo que elijes en tu día a día: de eso estará construido tu futuro[/piopialo]

Aquello que practicamos es lo que determina nuestro desarrollo

Mira atentamente tu agenda del último mes.

¿A qué te has dedicado?

¿En qué piensas?

¿Qué lees?

¿Quién te acompaña en el camino?

Siempre está uno a tiempo, y no importa si esa semilla da un gigantesco secuoya, un magnífico y potente roble, un haya amorosa, un helecho pizpireto, una rosa de una belleza única o una amapola que tal vez es flor de pocos días pero que, junto a otras, tiñe de color nuestros días en primavera y nos alegra la vista.

No importa el tamaño del proyecto, pero sí importa el que encuentre terreno fértil y reciba el alimento adecuado.

Solo así es posible alcanzar tus metas, y una de ellas, también pasa por ser visible en tu sector.

¡Te deseo una estupenda cosecha!

11 Comentarios

  1. Montse Muñoz

    Te he visto hoy en televisión y he corrido a buscarte en internet. He leído desde que soy una mocosa, y no lo que dejado nunca. Inconscientemente, sabía que ahí estaba mi futuro, por donde deberían ir mis pasos, pero a veces, la vida se tuerce, y vas a parar a un sitio en el que te sientes extraña e incómoda. Ya no me quejo, sigo leyendo y escribiendo. Gracias por todo.

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Hola Montse,

      Me alegro que hayas llegado hasta aquí, y que sigas leyendo y escribiendo… El otro día en un curso salió una frase muy bonita: Los relatos son las lentejuelas de la vida.

      Te mando un fuerte abrazo,

      Natalia

      Responder
  2. Diana

    Enhorabuena por esta magnífica reflexión, Natalia!

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Gracias Diana, en tu caso, la siembra es constante 🙂 Crecerán grandes y fuertes tus proyectos.

      Un fuerte abrazo,

      Natalia

      Responder
  3. Nuria

    Excelente post Natalia ¡y muy cierto! En mi caso particular la pasión por la escritura y la lectura nacieron conmigo, a pesar de que mi vida siguió otros caminos, acabo atrapándome mi vocación-pasión y ya no sé hacer otra cosa 😀 ¡Un abrazo muy fuerte!

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Gracias Nuria, ¡tenemos mucho en común!

      Un fuerte abrazo,

      Natalia

      Responder
  4. José Daniel Calisto Garay

    Tus palabras son verdaderos aires tibios de una tarde estival y caminando por un terreno
    adornado por las más lindas flores del mundo; es un canto para aquellos que aún no deciden
    realizar un proyecto de vida auspicioso ; es un mensaje a la permanente instrospección a la
    cada uno de nosotros debiera estar sometido, corregir lo andado y seguir existiendo en pos
    de la verdad , la justicia y el amor a todos.

    Como siempre te felicito Natalia.

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      ¡Qué bonito lo que dices! José Daniel, muchas gracias.

      Un fuerte abrazo.

      Natalia

      Responder
  5. Saul González

    Gracias Natalia, creo que me hacia falta este jalón de oreja, tengo años pensando en construer un asilo o casa de tranquilidad para ancianos jovenes, mayores de 60 y menores de 85, hay muchas razones para este concepto, tengo el terreno y los recursos suficientes para empezar, pero, le doy vueltas en mi mente y no hago nada, y así pasa el tiempo, día tras día, por eso hoy comienzo a plasma el proyecto en papel, Gracias por el pensamiento y la frase. Saul

    •Ese (hoy pequeño) proyecto que has comenzado o que te ronda la mente

    Responder
    • Natalia Gomez del Pozuelo

      Cuánto me alegro por esos ancianos jóvenes, que pueden llegar a tener un sitio adecuado a sus condiciones, pero sobre todo me alegro porque retomes tú el proyecto y la ilusión que hace.

      Un fuerte abrazo, Saul

      Responder
  6. Belén Chaure

    Natalia,

    me ha encantado tu post. Creo que es completamente cierto y muy sabio. Porque cuando eres consciente de lo que aquí reflejas, puedes actuar, puedes cambiar y también puedes pensar que lo que esté ocurriendo hoy, aunque aparentemente no dé frutos, algún día sí lo hará. Me he visto muy reflejada y también he pensado en varios de mis clientes. De hecho, ahora mismo le voy a enviar a uno tu artículo.
    Enhorabuena!!!
    Con cariño, Belén

    Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete y recibe pequeñas historias semanales

Apúntate aquí:

* campo obligatorio
   

Te recomiendo mi último libro: