Es gris el día

Es gris el día

Es gris el día y el color lo llena todo de un deseo de recuerdos, de esos de polvo también grisáceo, de esos que se te enredan al pelo y crecen con él, de esos que nos sabes si de verdad sucedieron o los inventaste.

Es gris el día y por eso el verde es más luminoso, aunque no den ganas de mirarlo.

Es gris el color de una tarde de pantuflas al lado de la chimenea con un buen libro cerca que apenas se ojea.

Es gris el borrón sobre el papel como la nube sobre el alma, porque parece que el gris es un color que lo llena todo, que no deja mucho espacio, que aplasta las cosas como si tuviera fuerza él solo para hacer algo. Pero, en realidad, solo tiene la pesadumbre que uno le otorga, es solo la espera angustiosa a que llegue el rayo de sol, ese deseo de otros colores, de otros tiempos.

Si uno mira cómo canta el fuego naranja, entiende que el gris le va bien. Si el amarillo del otoño se cuela por la ventana, también uno lo comprende gracias al fondo gris.

Sin el gris no habría matices, todo sería de color. La vida gris es la vida en sus colores, en su pasar.  

Artículos relacionados:
Mañana siempre vuelve
Tumbitas de gato
La vida es juego

1 Comentario

  1. Maria

    Muy bello parrafo ,Natalia,e inteligente manera de ver .El gris es el anuncio,el deseo latente…del color que asoma

    Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete y recibe pequeñas historias semanales

Apúntate aquí:

* campo obligatorio
   

Te recomiendo mi último libro: